Y llegamos a París…de amarillo
Por Juan Carlos Rincón
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Egan Bernal es talento puro, un campeón inverosímil que a los 22 años tiene el mundo a sus pies y comienza una nueva era en el ciclismo internacional y una etapa privilegiada para Colombia.
El 4 de mayo pasado se fracturó la clavícula izquierda en un entrenamiento previo al Giro d’Italia, para el que había sido designado líder de su equipo Ineos y era uno de los favoritos. Nueve días después montó de nuevo en la bicicleta y en menos de tres meses -85 días para ser exactos- se convierte en el nuevo campeón del Tour de France y llega vestido de amarillo a París en el centenario del maillot jaune ¡Excepcional!
Es un fenómeno real, un chico sereno y precoz destinado a dominar el ciclismo mundial como únicamente lo consiguieron los grandes campeones de la historia; aquellos que se cuentan en los dedos de las manos y surgen apenas cada década: Gino Bartali en los años 40, Fausto Coppi y Louison Bobet en los 50, Jacques Anquetil en los 60, Eddie Merckx en los 70, Bernard Hinault en los 80, Miguel Indurain en los 90 y Chris Froome en los últimos.
Bernal es un “Nuevo Zipa”, el mejor embajador Ad honorem de Colombia con la buena imagen y respeto que proyecta con sus logros deportivos y el futuro que le tiene diseñado la escuadra británica Ineos, la más poderosa del mundo. Egan tiene el respaldo total de sus directivos y compañeros para un proceso que apenas lleva año y medio en el World Tour y que pocos dudan de que será nutrido con otras grandes victorias.
Sir David Brailsford, es claro y directo: “es un absoluto placer poder trabajar con él”. El fundador del dominador equipo (el antiguo Sky), es un fanático del prodigioso escarabajo y destaca su perfecta integración, madurez e increíble talento. “Para una persona de 22 años es calmado, tiene los piés en la tierra, habla bien, tiene un gran respeto por todos, es amable, generoso y además tiene el instinto ganador”.
La relación franca y honesta del equipo directivo y sus compañeros contrasta con las dificultades internas que se viven en otras escuadras y quedó reflejada claramente en esta edición del Tour, donde se triunfó por séptima ocasión en ocho años y por vez primera con un ciclista sin nacionalidad británica. Además, Ineos consigue el primer doblete de su historia en La Grande Boucle (Egan-Thomas), siete años despúes del de Sky (2012) con Bradley Wiggins y Chris Froome, donde se inició la casi ininterrumpida senda victoriosa. La única ocasión en que el equipo no ha ganado el Tour fue 2014 cuando Froome abandonó tras una fuerte caída en la etapa de Pavé, y en París se consagró el italiano Vincenzo Nibali, que en esta ocasión venció en Val Thorens, la última fracción de montaña en los Alpes.
Geraint Thomas, el campeón 2018, considera que Egan Bernal es un fenómeno muy importante para el ciclismo, “un ciclista que a los 22 años es un modelo, una inspiración para las nuevas generaciones del deporte y que tiene muchos años por delante para una carrera triunfal. Egan es además un ciclista leal y amistoso que aprende muy rápido”, afirma el galés, en la escuadra desde su fundación y junto a Froome es el más veterano.
Futuro diáfano
Ineos es la casa ideal para Bernal. Es el equipo con el mayor presupuesto, los mejores recursos tecnológicos, una filosofía de avanzada y más importante, la decisión de desarrollar su segunda etapa alrededor del ciclista colombiano como líder.
Ineos hace 1-2 en el podio. Egan nuevo campeón del Tour. En 2018 había sido gregario del campeón Thomas.
En la escuadra impera el respeto y la entrega por la victoria del grupo, sus ciclistas tienen claro el rol y no es simplemente una suma de individualidades. Con un contrato blindado hasta 2023 y un nuevo grupo de talentosos jóvenes en formación, el camino victorioso de Bernal apenas está despegando.
La perspectiva del primer ciclista colombiano y latinoamericano que gana el Tour de Francia es la de los múltiples campeones, ninguno de los cuales lo logró tan temprano. Los pentacampeones Anquetil, Merckx e Hinault, ganaron el Tour a los 23 años y son referente del mayor número de victorias en Grandes Vueltas, y triples y dobles triunfos en el año.
Egan Bernal está llamado entonces a ser en el próximo lustro el más emblemático e importante deportista de Colombia, la mejor imagen de marca del país y de la mayoría de sus ciudadanos honestos, respetuosos, leales, luchadores y emprendedores.
Es un fenómeno que va más allá de las fronteras deportivas y representa al verdadero colombiano moderno, capaz de superar obstáculos, de crecer y adaptarse a las nuevas realidades, de desarrollar potencialidades al más alto nivel mundial y con su esfuerzo y ejemplo mostrar la cara más pura de un país que por épocas pierde el rumbo por caer en facilismos, corrupción, valores ajenos, espejismos, violencia y obscurantismo.
Después de casi dos décadas de vivir en Londres y trabajar y compartir con británicos, entiendo su idiosincrasia y valores, su concepción del mundo y la sociedad y cuales son para ellos la ruta y el horizonte. Egan está en el momento preciso, en el equipo preciso y con la gente precisa y siempre será respaldado, valorado y respetado. El joven prodigio siempre agradeció la claridad y honestidad del campeón Geraint Thomas y a quienes dudaron del co-liderato y del compromiso del equipo, el 1-2 en el podio y la sonrisa y el saludo franco por la victoria del colombiano es la respuesta.
La alegría sincera de David Brailsford por el triunfo de Egan Bernal, muestra la dimensión del aprecio.
David Brailsford, su director en Ineos, es consciente de este momento excepcional y su significado para el equipo y para Bernal. Egan “ha hecho historia, conseguido algo que ningún colombiano había logrado antes. El va a ser un héroe nacional y ello será una nueva e increíble experiencia para él. Tendrá que adaptarse rápidamente porque ello implicará un gran cambio en su vida”. Y Brailsford está seguro de que Egan tiene la madurez para manejar ese gran cambio.
En ese proceso novedoso de repentina fama y celebridad que aún Egan no alcanza a dimensionar por la inmediatez de su triunfo, Ineos lo acompañará. “Vamos a ayudarlo. Hemos seguido a algunos de nuestros muchachos que han experimentado esos grandes cambios en sus vidas”, ha explicado Brailsford, quien antes de Sky e Ineos fue el responsable de la revolución deportiva y psicológica que transformó el ciclismo olímpico británico que hoy es potencia en los velódromos mundiales.
Nueva era
El ascenso vertiginoso del joven colombiano -llegó al ciclismo internacional de ruta apenas en 2016 con el equipo continental italiano Androni Giocattoli- es también un ejemplo de fortaleza mental y carácter que comparte con la nueva generación de escarabajos, la de ciclistas que emigran cada vez más pronto a Europa, se adaptan, se integran y aceptan el proceso.
Es el caso del pionero Rigoberto Urán, de Winner Anacona, de Esteban Chaves, Nairo Quintana, Ivan Ramiro Sossa, Egan y otros que antes de los 20 años ya están vinculados a escuadras continentales en Italia, España, y otros países. Es la tendencia irreversible pero es necesario tener un entorno psíquico y afectivo adecuado.
Colombia es un país ciclístico por excelencia, pero el deporte que más victorias y lustre le ha dado, merece un apoyo mucho mayor y una renovación formativa, de técnica y valores. Nuestros ciclistas surgen de la necesidad, de la lucha diaria, del deseo de superación y conquista. Desde el gran Cochise Rodríguez que surgió de mensajero de droguería a Campeón Mundial de Persecución, record de la hora y el primer colombiano que disputó el Tour en 1975.
Los aficionados colombianos inundan las carreteras del Tour. Nunca faltan, son fuerza y alegría.
La segunda oleada en los años 80 con Lucho Herrera, Fabio Parra, Martín Ramírez, Alfonso Flórez, Patrocinio Jimenez, entre algunos, sembró la semilla que luego recogieron Oliverio Rincón, Santiago Botero, Juan Mauricio Soler y Rigoberto Urán. Y luego la generación Saldarriaga con Nairo, Esteban Chávez, Jarlinson Pantano y Darwin Atapuma. Y por su lado Fernando Gaviria, Miguel Angel López, Daniel Martínez y otros.
El momento de la nueva camada está empezando. La victoria de Egan Bernal en París y por primera vez tres ciclistas colombianos en el Top-10 final del Tour es una hazaña que merece un aplauso sonoro. Los subcampeones Rigoberto Urán (7°) y Nairo Quintana (8°), son ejemplo de constancia y profesionalismo. Además, los ciclistas colombianos han ganado etapa en el Tour consecutivamente con Jarlinson Pantano (2016), Rigo (2017) y Nairo(2018) y en esta edición.
Hace un par de años, dialogando y analizando el proceso de los nuevos escarabajos con mi gran amigo y colega Pablo Arbélaez -uno de los más respetados expertos de ciclismo en Colombia- vislumbrabamos la posibilidad de que en cada Gran Vuelta hubiera un pedalista nacional en el podio. Ello es casi una constante desde 2016 con pocas excepciones.
Ahora nos toca empezar a soñar y creer en que no está lejano el día en que los ciclistas colombianos ganen las tres Grandes pruebas por etapas del calendario. Y en que se consigan dobletes y podios completos. Ya se ganaron la Vuelta a España (Luis Herrera 1987 y Nairo Quintana 2016), el Giro d’Italia (Nairo 2014) y finalmente el Tour de France con Egan Bernal este histórico domingo 28 de julio. La victoria en junio del ecuatoriano Richard Carapaz en el Giro d’Italia, es el primer doblete latinoamericano en Grandes Vueltas.
Los escarabajos han llegado renovados y pueden y deben pensar en dominar el ciclismo mundial. Las más importantes escuadras del calendario World Tour tienen colombianos en sus filas, al igual que varias continentales y cantidad de pequeñas escuadras regionales en las que hay también otras oportunidades. La nueva sangre tiene asegurada la renovación y el ciclismo colombiano es vital.
Egan Bernal es el estandarte del nuevo proceso que comienza y estoy seguro, como lo estaba de su triunfo vaticinado en mi análisis inicial del Tour el 8 de julio, que la camiseta amarilla de Campeón 2019 que recibe en el podio en los Champs-Elysées, no será la única.
Llegamos a París…para quedarnos.
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