Y las jugadoras colombianas, ¿qué más deben hacer para que se les reconozca?
Por: Esteban Monsalve
Agencia Informativa Acord Antioquia
Colombia recibió por primera vez en su historia la Conmebol Copa América Femenina. Las ciudades de Cali, Armenia y Bucaramanga fueron las encargadas de albergar la competencia de selecciones más importante en la categoría femenil del fútbol sudamericano.
En total, fueron 25 apasionantes compromisos los que adornaron de colorido y furor las tribunas del país “tricolor”. Brasil fue la selección que se llevó el título por octava ocasión en su historia, pero en realidad, las verdaderas campeonas fueron las jugadoras de las diez naciones participantes.
Resulta contradictorio que la Copa América Femenina 2022 se consolidó como la mejor edición de todas, teniendo en cuenta el poco apoyo del que gozan las futbolistas colombianas dentro de su país. Justamente, el equipo “cafetero” fue el segundo mejor conjunto del torneo, logrando ganar cinco partidos de seis jugados y registrando un récord de asistencia inédito en la historia del balompié sudamericano en el ámbito femenil.
La lucha de las jugadoras colombianas por obtener un reconocimiento proporcional al nivel mundial no es nueva. Lastimosamente, los altos mandos del fútbol profesional colombiano siempre han demostrado muy poco interés por consolidar una liga acorde a las necesidades. Siendo incluso insultante, se convirtió en paisaje el hecho de saber que muchas futbolistas que actúan dentro de la insipiente liga local no reciben salarios justos, e incluso algunas de ellas, ni siquiera gozan de uno.
Las enseñanzas que deja esta Copa América Femenina son varias, entre ellas, que la lucha por solidificar el fútbol nacional todavía está en curso y lejos de terminar. La selección Colombia Femenina se ganó un cupo a la Copa Mundial de la FIFA del año 2023 y también, representarán al país en los Juegos Olímpicos de París 2024.
El público le respondió a su selección, le respondió al continente y al mundo entero. Por primera vez en la historia, dos selecciones femeninas disputaron la final de la competencia con estadio lleno. Todo lo logró Colombia, lo logró un grupo de mujeres que solamente ha conocido el desprecio por parte de la DIMAYOR (División Mayor del Fútbol Colombiano).
Seguramente, la selección Colombia femenina ganará muchas cosas en el futuro, e izará la bandera “tricolor” en las competencias más importantes del mundo. Solo es cuestión de estudiar la historia para enterarse que la hipocresía que se viste de traje dirigencial las apoyará cuando triunfen. Pero cuando pierdan, a ellos no les importará en lo más mínimo.
La restructuración del fútbol femenino en nuestro país hace un llamado con urgencia. Pide constantemente que se les reconozca de verdad. La pregunta que invade a cada fanático al deporte más popular del país es la misma: ¿Colombia cuando tendrá un fútbol femenino justo y a la altura de las necesidades?
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