Una familia con alma deportiva
“La esgrima tiene un significado muy importante en la vida de nuestra familia, pues le ha ayudado mucho a nuestros hijos a tener una formación en el deporte y en sus valores como seres humanos”, afirma Mauricio Pinzón Botero, dirigente deportivo paisa que hoy ve como sus hijos proyectan una carrera deportiva importante en esta disciplina que hace parte del programa olímpico desde 1896.
La disciplina, el compromiso y la responsabilidad que implica este deporte hace parte del ADN de esta familia que desde siempre ha estado vinculada al deporte del departamento: los hijos, Jorge Andrés de 16 años y Alejandro de 14, hoy esgrimitas en formación; la mamá, Gina Guerra, que hace parte de la Junta de la liga antioqueña y el papá, Mauricio Pinzón, toda una vida en la dirigencia deportiva y hoy en la organización de los Juegos Panamericanos que se disputarán este año en Lima, Perú.
La historia parece repetirse, Mauricio recuerda como su padre, director de Coldeportes Antioquia en 1978, lo llevaba a los diferentes escenarios durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Medellín. Jorge Andrés, el mayor, dice ahora “mis papás han influido mucho en lo que hacemos, siempre nos llevaron a todas las actividades relacionadas con el deporte en Medellín. Nos pasaron por todas las ligas y nosotros nos probamos en todos los deportes, todos nos gustaron, pero nos quedamos con la esgrima”.
Alejandro, el menor, no duda de su deporte “me gusta la esgrima, porque es un deporte que exige pensar, aumentar la velocidad, la técnica, la fuerza. En momentos hay que ir lento, otras rápido. No es hacer siempre lo mismo y por eso estamos aquí”.
Mauricio y Gina siempre han apoyado los sueños de sus hijos, pues son incondicionales con los esfuerzos constantes, entrenamientos y disciplina que esto requiere, por eso más que un sueño de Jorge y Alejo, es un sueño familiar “quiero que mis hijos sean personas íntegras al servicio del deporte y de la comunidad y que puedan hacer un ciclo olímpico, un campeonato mundial, verlos a ellos con los colores de Antioquia y de Colombia sería un sueño hecho realidad”, expresa Mauricio con gran emoción. Alejo reafirma la posición de su papá “sueño participando en los Juegos Juveniles Panamericanos, en unos Olímpicos de la Juventud y por qué no, en una Olimpiada”.
“Nos sentimos muy orgullosos de nuestros papás, ellos nos han dedicado mucho tiempo y trabajan y viven por nosotros, les encanta vernos en competencia, ver lo bueno que hacemos, nuestros logros y como progresamos en el deporte. Y nosotros también lo hacemos por su felicidad” dice Jorge Andrés, quien ganó hace algunas semanas la medalla de oro en espada, en la categoría Juvenil, en el segundo Escalafón Nacional de la disciplina categorías juvenil, cadetes y menores, realizado en Bogotá, con lo que se clasificó al Campeonato Suramericano Precadete, Cadete y Juvenil que se realizará en Perú, entre el 8 y el 14 de julio próximos, como antesala a los Panamericanos.
La familia Pinzón Guerra es un ejemplo de que el deporte se lleva en las venas, que a pesar de que pasen los años la herencia deportiva familiar siempre estará presente en sus vidas, y que, pese a las circunstancias, siempre habrá un motivo para sonreír con la práctica de cualquier disciplina deportiva.
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