Una aventura en Rusia 2018
Nuestro socio Juan Carlos Valencia viaja por primera vez a una Copa del Mundo, un sueño que postergó durante muchos años y que hoy se hace realidad en Rusia. A más de 10 mil kilómetros de distancia, a manera de diario, Juan Carlos nos compartirá sus experiencias de viaje, no como periodista, sino como un aficionado más, que se viste de amarillo en el país más grande del mundo, con la ilusión de regresar a Colombia con la anhelada Copa del Mundo.
Primera estación, ciudad de Saranks
Por: Juan Carlos Valencia
Iniciamos con muchísima ilusión esta travesía por Rusia, estoy seguro que para todo hombre o mujer futboleros es un sueño vivir un Mundial de fútbol, más en un territorio tan lejano como Rusia, el país más inmenso del mundo, cargado además de tanta historia y tanta cultura.
Seis buenos amigos de Medellín decidimos vivir este acontecimiento, nunca pensamos ser los únicos, pero qué sorpresa nos llevamos cuando descubrimos que precisamente la afición colombiana es una de las más numerosas. En primer lugar, los rusos, por su localía, luego alemanes, actuales campeones, Argentina de tradición futbolera, México y Brasil con una población gigante, los europeos Polonia y España tal vez por su cercanía, y luego Perú (después de 36 años sin ir a un Mundial) y Colombia, nuestra representación.
El ambiente se vivió desde el aeropuerto de Rionegro, desde que llegamos se notaba la gran cantidad de hinchas en camino a Rusia, muchos de ellos con la camiseta puesta, nosotros, con la ilusión de cruzar el Atlántico para cantar con toda el alma el himno nacional. Las camisetas, decidimos dejarlas precisamente para los partidos. El itinerario, Medellín, Bogotá, Madrid y Rusia, y desde allí, 10 horas en tren para nuestro destino final, Saranks, donde Colombia enfrentará su primer juego ante Japón. Un largo viaje entre viernes y domingo.
Ya en Rusia, hemos notado dos particularidades, la primera es el clima, a diferencia de lo que pensábamos no ha hecho tanto frio, por el contrario, hemos sentido hasta ahora mucho calor, para lo que no estábamos tan preparados. La segunda, la dificultad de establecer conversaciones con los rusos, son personas muy frías que no muestran el mínimo interés de hacerse entender. En Uber, por ejemplo, si no es por la aplicación que define el destino final, es imposible sacarles una palabra a los conductores, habrá que entenderlos.
Ubicados en Saranks, hoy estamos con todas las expectativas, aunque sin sentir esa vibra mundialista aun, seguramente este martes, para el juego, la fiesta colombiana empezará a retumbar. El viaje continuará….
Sin comentarios