Un arco le bastó a Valentina Acosta para conquistar Madrid
Semanas después de que su nombre fuese pronunciado en un español particular y estuviese acompañado del título de campeona mundial de la categoría juvenil en la modalidad de recurvo, el nombre de Valentina Acosta Giraldo empezó a retumbar con más fuerza y hoy, siendo todavía juvenil, se perfila como una de las cartas importantes del tiro con arco colombiano para clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio.
Con tal historial, se supondría que la arquera lleva toda una vida en este deporte, como habitualmente sucede con aquellos que logran ondear a la bandera del país en los escenarios más importantes, sin embargo, este no es el caso de la risaraldense, quien suma alrededor de cuatro años en la línea de tiro y tomó por primera vez un arco, gracias a un libro.
“Yo llegué al tiro con arco, después de leer los Juegos del Hambre. Había pasado por natación y fútbol, pero por una lesión en la rodilla los dejé… después de leer este libro me interesé por este deporte. Muchas personas creyeron que era solo por el ‘boom’ de la zaga sin embargo, acá sigo”, expresó en medio de risas Valentina.
A pesar de las notorias diferencias que existen entre estar en una piscina, correr con un balón en los pies y apuntar a una diana, la serenidad y precisión lograron cautivarla, a tal punto que se convirtió en una de las visitantes frecuentes de la cancha de tiro y fue esa misma constancia, le permitió empezar a destacarse rápidamente y ser la menor de la Selección Colombia.
Con la tricolor a cuestas, viajó a los a Juegos Panamericanos de Lima, donde logró llevarse la medalla de bronce en una competencia de mayores. Con tal presea en su cuello, arribó a Madrid, ciudad que acogió el último mundial de la disciplina.
“Los primeros días me sentía un poco extraña disparando, un poco desubicada, en comparación de los Panamericanos. La fase de clasificación fue algo pesada, por la misma presión y el deber de dar resultados en mi categoría (juvenil)”, recordó la arquera.
En medio de flamenco, paellas y esa incomodidad de las primeras rondas, flecha a flecha fue avanzando hasta la final del certamen, donde se enfrentó con la mexicana Ana Vásquez.
“Yo no sabía en qué fase estaba. Yo simplemente iba ganando partidos y desconocía si me faltaban tres, dos o uno… me di cuenta que estaba en la final porque entré a una vaina diferente”, resaltó Acosta esbozando una sonrisa.
En medio de ese descuido, unos disparos después, Valentina se coronaba campeona mundial, mientras el Oh gloria inmarcesible sonaba en la icónica Madrid.
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