Mercado Palencia, un mariscal en el Atanasio
Por: Roosevelt Castro Bohórquez
Agencia Informativa Acord Antioquia
Antonio José Francisco de Sucre fue un militar venezolano que contribuyó en las guerras de independencia. Se le otorgó el título de ‘Gran Mariscal de Ayacucho’ por el congreso peruano en 1824, tras comandar el Ejército Unido Libertador del Perú, otorgando la victoria en la batalla de Ayacucho.
El departamento colombiano, ubicado al norte, tomó el nombre de este prócer y a los lugareños se les llama popularmente como Mariscales.
Por eso, y en su segundo juzgamiento en el Atanasio Girardot y en su tercer partido a Atlético Nacional, el ‘Árbitro Mariscal’ Mauricio Manuel Mercado Palencia realizó un trabajo sin grandes retos disciplinarios y técnicos, en el que los locales enfrentaron y le ganaron 3-1 al Boyacá Chicó F.C., por la fecha 18 de la Liga BetPlay Dimayor 2023-I.
Igualmente, su equipo arbitral contribuyó a la buena labor en la dirección del encuentro futbolero. Sus asistentes Alexander Guzmán, de Norte de Santander, (#1) y John Parra, del Meta, (2), estuvieron atentos y bien concentrados en sus respectivas bandas.
De otro lado, en la jerga arbitral se habla de “un bosque de piernas” cuando ambos equipos acumulan una gran cantidad de jugadores en la zona medular, que hacen que el árbitro este más concentrado y realizando diagonales cortas hacia afuera, para poder sancionar con prisa las faltas u otorgar la ventaja.
Los módulos tácticos de ambos equipos, tanto el de Nacional con un 4-2-3-1 como el de Chicó 4-1-4-1, acumularon gran cantidad de jugadores en esa zona, que tuvieron en el juez central sincelejano concentrado y con los cinco sentidos, haciendo la lectura rápida de las jugadas para así anticiparse a desenlace de ellas.
El penalti, gran reto
Quizás el gran reto arbitral del juez sucreño, nacido en Sincelejo, fue la pena máxima sancionada a favor de Nacional. Transcurría el minuto 30 cuando Candelo disparó a la portería defendida por Rogeiro Caicedo, pero el balón impactó en la extremidad superior derecha de Eduard Banguero. Sin titubeos, con una seguridad pasmosa y una excelente ubicación, el árbitro central sancionó la pena máxima. Si bien Banguero no amplió el volumen de su cuerpo para interceptar el balón e igualmente no realizó un movimiento antinatural de su extremidad, sí la tensionó para retenerle el recorrido. De allí la firmeza y la seguridad, en su decisión reglamentaria e inconsulta con su equipo VAR, la que prevaleció.
De igual forma, el cumplimiento las condiciones para la sanción de un penalti. Primera, que el balón esté en juego, segunda, que exista una de las 10 faltas graves para TLD y tercera, que la falta fuera en el área de 16,50. También, Mercado Palencia estuvo atento a una probable invasión del área de 16,50, tanto de los jugadores compañeros del ejecutante como los del equipo defensor.
Otros pequeños retos
El sorpresivo “robo del balón” de Palacio, para el segundo gol de Nacional fue uno de los pequeños retos que solventó Mercado Palencia. En un rebote, el jugador verdolaga interceptó el balón cuando estaba a punto de ser rechazado por un defensor del Chicó. Aparentemente fue “juego peligroso” del nacionalista, falta sancionable con un Tiro Libre Indirecto (TLI), pero, y ante la excelente ubicación del árbitro y la rapidez de la jugada, la falta no se sancionó porque no existió en la interpretación del árbitro central (43’).
El juez sincelejano también estuvo atento a la ubicación reglamentaria del balón en el cuadrante de esquina, para la ejecución de los saques e igualmente los procedimientos de los que habla la norma (regla 17), a saber:
• El balón se colocará en el cuadrante de esquina más cercano al lugar por el
que cruzó la línea de meta.
• El balón deberá estar inmóvil y ejecutará el saque un jugador del equipo
atacante.
• El balón estará en juego una vez haya sido golpeado con el pie y se mueva
con claridad; no será necesario que salga del cuadrante de esquina.
• No se deberá mover el poste del banderín.
• Los adversarios deberán permanecer a un mínimo de 9.15 m del cuadrante de esquina hasta que el balón esté en juego.
En el tercer gol de Nacional de parte de Danovis Banguero (86’), este último ítem le permitió al ejecutante tener la distancia reglamentaria para el cobro. Aquí estuvieron acertados tanto el central como su asistente 1.
Correcto en disciplina
La causal más frecuente para el castigo con una tarjeta amarilla es la de infringir con persistencia las reglas de juego, es decir: aquellos jugadores que acuden a las faltas. Pero en el ‘Árbitro Mariscal” también tuvo en cuenta otras: retrasar la reanudación del juego cuando le corresponde hacerlo a su equipo ó mostrar falta de respeto al espíritu del fútbol (conducta antideportiva).
De las 4 amonestaciones, 2 de ellas fueron por “esa pérdida deliberada de tiempo”, ambas para los dos porteros de los equipos. Caicedo, de Chicó, (27’) y Mier, de Atlético Nacional (71’), recibieron la cartulina amarilla.
Los otros amonestados fueron: Eduard Banguero (36’) de la visita y Brahian Palacios (82’), para completa 130 amonestados en 26 partidos como silbato de la Primera A, en el Fútbol Profesional Colombiano.
Así, el ‘Árbitro Mariscal” dirimió la batalla futbolera, entre ‘Verdolagas’ y ‘Ajedrezados’, con sabiduría y conocimiento.
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