Maratón de las Flores, esta vez el reto es más personal
Por Fredy Pulgarín
Hace un año, por esta época, más de 15 mil atletas en representación de 48 países y de casi todas las ciudades de Colombia, ya estaban listos en la ciudad para participar de la tradicional Maratón de las Flores, el evento atlético de calle más importante del país.
Hace un año, no solo los competitivos en las distancias de 21 kilómetros para la Media ó exactamente 42.195 kilómetros para la Maratón (bendita distancia), sino también los recreativos en los 5 y 10 kilómetros, se levantaban esa mañana de domingo con la firme intención de afrontar la competencia y cruzar la línea de meta para levantar las manos y ser un ganador más.
Hace un año, durante el segundo fin de semana de septiembre, conmemorábamos 25 años de este evento que se ha convertido en patrimonio deportivo no solo de la ciudad, sino del país, por todo lo que ha permitido construir para el desarrollo del atletismo nacional.
Hace un año, estábamos atentos a los atletas africanos, en especial los keniatas y etíopes, siempre favoritos, protagonistas cada año en las calles de la ciudad de las flores, nombre que acuñó la Maratón hace algunos años, como representación de nuestra identidad hacia el mundo, y a la que cada vez más atletas de diferentes latitudes quieren venir.
Hace un año, las calles no solo de Medellín, sino también las de Envigado y Sabaneta fueron el escenario perfecto para que los atletas corrieran rumbo a sus propios destinos, tal vez sin importar el tiempo registrado o el lugar en que llegarían. Al fin y al cabo, en una carrera de calle, para la gran mayoría de los participantes, lo importe no es llegar primero, sino simplemente llegar.
Hace un año nunca nos imaginamos que el segundo domingo de septiembre de este año, como es ya tradicional hace tantos, no íbamos a tener la posibilidad de levantarnos temprano, amarrarnos los tenis, ponernos la camiseta y el número en el pecho para salir a la calle con la misma ilusión de miles de personas, correr por los propios sueños hacia esa misma meta que significa tantas cosas, tan diferentes para cada corredor; sin embargo, la realidad esta vez se sobrepuso a nuestros límites y nos limitó esas ilusiones, nos encerró.
No obstante, como cuando ya no hay esperanza y se siente que todo está perdido, aparece una lucecita en el fondo, la organización de la Maratón Medellín propuso un reto personal a los atletas y amantes del running, para dar rienda suelta a esa pasión. Más de 2.400 lo aceptaron y saldrán a correr entre este domingo 6 y el 13 de septiembre. Las calles de la ciudad se adornarán una vez más, no en una masa colorida como estamos acostumbrados, pero sí de manera individual, con camiseta y número, lo que seguramente significará una nueva esperanza del deporte, del atletismo y de la recreación para la ciudad.
Desde este domingo, los atletas seguirán corriendo por Medellín, esta vez solos, pero tal vez con la misma ilusión de alcanzar una meta, de cumplir sus sueños y de volver a tener por lo menos una nueva oportunidad de correr al lado de miles de atletas, así toque esperar un año más.
Apéndice. Los maratonistas también tendrán su oportunidad de su correr el reto personal. Será virtual la primera semana de noviembre. Hasta mediados de octubre están abiertas las inscripciones.
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