La prensa deportiva también hace mucha falta
Por Fredy Pulgarín
El miércoles pasado, el Ministerio de Salud y Protección Social publicó la Resolución 993 de 2020 en la cual se adopta el protocolo de bioseguridad para el manejo y control del riesgo del coronavirus COVID-19 en las actividades relacionadas con el entrenamiento y competencia de los futbolistas profesionales en nuestro país, noticia que desde hace mucho tiempo venían esperando cientos de personas que hacen parte de la fiesta deportiva más representativa para los colombianos.
Y digo la más representativa porque no hay duda de que a través del fútbol profesional se movilizan muchos otros sectores económicos en el país: el transporte, la televisión y su tecnología, la alimentación adentro y alrededor de los estadios, la afiliación de los hinchas a los clubes, las marcas con sus ropas e implementos deportivos, en fin, son un sinnúmero de negocios que hacen parte de esta dinámica comercial y que desde que inició la pandemia, hace ya más de tres meses, se han visto afectados por la para obligatoria.
Sin embargo, hay un sector que es fundamental en la estructura del deporte: el periodismo, a través del cual se moviliza la afición, la generación de información y contenido que le dan vida al mismo y a todos sus protagonistas. Pensar en el deporte sin tener en cuenta el periodismo, es cerrar toda posibilidad de construir imaginarios sociales a partir de los valores que genera esta actividad desde los medios de comunicación.
El protocolo emitido por el Ministerio limita el ingreso al estadio a muchas personas que necesitan hacerlo, y es claro, la prioridad hoy en la nación y en el mundo es la protección de las personas (aunque la institucionalidad sigue tomando decisiones que van en contravía con este propósito, como lo que pasó el viernes pasado con el día sin Iva), pero tienen que existir otras opciones que permitan, cumpliendo con todos los requisitos, para que la prensa pueda seguir haciendo su trabajo.
Se trata de buscar alternativas, el fútbol para nuestro país, y especialmente para la juventud, es un gran estímulo. Si lo entendemos como una escuela de valores, (algunos dirán que son más antivalores), pero en su esencia, el deporte es un gran escenario para reflexionarnos y pensarnos para ser una mejor humanidad.
Algún sector de la prensa deportiva nacional habla del surgimiento de un movimiento para que no se hable de Fútbol Profesional Colombiano, si no se dan las condiciones para transmitir desde el estadio. Creo que esa no es la salida, el momento que vive el mundo tal vez es una gran oportunidad para que el balompié colombiano y su dirigencia, reconozcan el valor de este deporte para la sociedad, y de esta manera generar espacios en los que jugadores, dirigencia, afición, canales con derechos de televisión y periodistas, de grandes cadenas o de medios independientes, puedan hacer su trabajo y seguir haciendo fuerte al mismo.
Con todo esto, hoy más que nunca, pienso que inevitablemente se debe recurrir al lema de los Juegos Olímpicos mordernos; Más rápido, más alto, más fuerte: invitación a dar lo mejor de uno mismo y vivir este exceso como una victoria (debería ser aplicable para el fútbol).
Espero que los responsables del balompié en el país piensen que esta situación que estamos viviendo, no es más que una oportunidad para proyectar nuestro deporte de una manera distinta. Estoy seguro que la prensa deportiva, desde la pasión que representa hacer periodismo, así lo está considerando.
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