La apoteosis hecha Palmas
El momento que define la ultima etapa. Nairo Quintana viene de atras y sobrepasa el marcaje de Sosa y Lopez. Foto Gabriel Buitrago. Derechos reservados.
Por Pablo Arbeláez Restrepo
Alto de Las Palmas
Todo el mundo gritaba. Era un coro de supremo éxtasis. El frenesí hecho ciclismo.
No importaba que el corredor que pasara por el lado se tratara del primero o del último. Fue una entrega total y apasionada de miles de hinchas del ciclismo que hicieron del remate del Tour Colombia 2.1, un desbordado festival.
Fueron muchos los que vivieron la madrugada del domingo apostados en el Alto de Las Palmas, para no perderse el mágico momento, ese que quedará inscrito en la memoria del colectivo por muchos, muchos años.
La subida final de 15,6 kilómetros se hizo eterna, para quienes estaban instalados en el lomo de esta montaña que desde este día quedará grabada en el historial del ciclismo del planeta. Un momento mágico y único.
Los seguidores que llegaron a esta cumbre eran miles. Incontables como fue en el resto del trazado de 177 kilómetros. Era locura de Tour Colombia. El punto y hora para entronizar ídolos, de poderlos vivir, de tenerlos al lado. Sudar y vibrar junto con ellos.
La escalada a este Alto tuvo de todo, además de gente. En medio de esas desbordadas emociones hubo momentos de alta tensión. La caída de Nairo debido a la desbordada demostración de un fanático, en la que también se vio envuelto Egan Bernal. Para fortuna de los bravíos guerreros, no pasó a mayores.
Todo esto que sucedía en la carretera se sabía al instante en la loma infestada de gente. De un público que pedía a gritos el paso de los suyos, hasta que aparecieron Superman López e Iván Sosa, en su duelo personal y táctico. Segundos después vino el júbilo: Nairo Quintana vio el chance de ganar y se lanzó disparado para devorar la subida final. Y ahí saltó la locura total.
“Esto fue increíble. Pedalee con la piel erizada, por la emoción de la gente. Mi caída es como la vida: caerse para inmediatamente levantarse; quedé cortado, pero debía recobrar el ritmo, para intentar ganar”. Nairo Quintana estaba feliz, dichoso, porque en Antioquia también encontró el cariño de sus seguidores.
Y en este remate de jornada, en medio de una felicidad sin techo, el campeón Superman López, entregó un parte de victoria con una explicación táctica. Esta cuenta el por qué de sus repetidos intentos de etapas atrás: “Sabíamos que la carrera se podría definir por segundos, y así fue. El día de Medellín salí a buscar una ganancia en tiempo. Hoy me frené, para ver qué hacía Sosa; yo quería ganar la etapa, pero me gustaba más la general”, decía pletórico López.
Y a manera de agradecimiento con la afición antioqueña, el aguerrido boyacense anotó feliz: “Esto es impagable. La gente vino a vernos y a entregarnos su cariño. Mi respuesta a ellos son esta clase de demostraciones”. Y así se fue Superman a celebrar con su equipo, cuando todo el mundo había dejado de gritar. ¡Algo inolvidable!
Clasificaciones Etapa 6
1. Nairo Quintana 3:57.19
2. Iván Sosa a 8 seg.
3. Miguel Ángel López a 8 seg.
4. Egan Bernal a 16 seg.
5. Rigoberto Urán a 1.01
6. Daniel Martínez m.t.
7. Johan García a 1.27 seg.
8. Didier Chaparro a 1.32 seg.
9. Sergio Luis Henao a 1.36 seg.
10. Jhonnathan Narváez a 1.40 seg.
Clasificación General
1. Miguel Ángel López – Astana – 18:38.32
2. Iván Sosa – Team Sky – a 4 seg.
3. Daniel Felipe Martínez – EF Education – a 42 seg.
4. Egan Bernal – Team Sky – a 54 seg.
5. Nairo Quintana – Movistar – a 1.04 seg.
6. Rigoberto Urán – EF Education – a 1.31
7. Julian Alaphilippe – Deceuninck-QuickStep – a 1.33
8. Sergio Luis Henao – UAE-Team Emirates – a 2.41 seg.
9. Richard Carapaz – Movistar – a 2.46 seg.
10. Rodrigo Contreras – Astana – 2.47 seg.
Nairo Quintana aseguro el triunfo en la curva Barraca. Era un volador. Foto Gabriel Buitrago. Derechos reservados.
Miguel Angel Superman Lopez, construyo su triunfo, etapa por etapa. Foto Gabriel Buitrago. Derechos reservados.
Podio del Tour Colombia 2.1. Miguel Angel Lopez, Ivan Ramiro Sosa y Daniel Felipe Martinez. Foto Gabriel Buitrago. Derechos reservados.
Sin comentarios