Entre guerras y sanciones: el poder geopolítico del deporte

Por Santiago Rendón – @Rendonsantiago_

Agencia Informativa Acord Antioquia

Por primera vez en más de dos años, las noticias más importantes de la actualidad mundial dejaron de girar alrededor de la pandemia por COVID-19 -la cual ya ha cobrado más de 6 millones de vidas en el mundo-, y comenzaron a enfocarse en el conflicto entre Rusia y Ucrania, con el temor de que los aires de una Tercera Guerra Mundial se conviertan en una realidad inminente.

La promesa rusa de impedir que Ucrania se una a la OTAN, sumada a una crisis geopolítica entre ambos territorios que inició en 2014, se transformó en un conflicto bélico que, según la ONU, ya ha dejado más de 500 civiles muertos, cerca de mil heridos y 2 millones de desplazados.

Rusia y Ucrania: deporte a la vanguardia

La grave situación que se vive dicha zona de Europa Oriental no pasó desapercibida en el mundo del deporte, tomándose acciones encaminadas a ejercer presión al gobierno de Vladimir Putin.

Fútbol: -La FIFA anunció la desafiliación de Rusia de todas sus competiciones, dejando al combinado nacional por fuera de la carrera hacia Qatar 2022. La UEFA hizo lo propio quitándole la sede de la final de la Champions League a San Petersburgo.

-Roman Abramovich, mutimillonario ruso y dueño del Chelsea F.C., fue sancionado por Reino Unido. Varios de sus activos, incluyendo el club londinense, fueron congelados, por lo cual no podrá ejercer su venta.

-Anatoliy Tymoshchuk, excapitán de la Selección de Ucrania y actual asistente técnico del Zenit ruso, fue castigado por la federación de su país debido a su silencio respecto a la situación que se vive actualmente. Tymoshchuk fue despojado de todos los títulos que obtuvo en el balompié ucraniano.

Automovilismo: -La Fórmula 1 canceló su contrato con el Gran Premio de Rusia, carrera que vio ganador a Lewis Hamilton en cinco oportunidades.

Baloncesto: -Los equipos rusos que participaban en la Euroliga fueron apartados temporalmente del campeonato.

Tenis: -La ATP y la WTA se aliaron para cancelar el torneo en Moscú; además, Rusia y Bielorrusia fueron suspendidos de la Copa Davis y la Billie Jean King Cup.

Atletismo: -World Athletics apartó a los atletas rusos y bielorrusos de sus competiciones.

Voleibol: -La Federación Internacional de Vóley le quitó la organización del Mundial masculino 2022 a Rusia, el cual se disputará entre agosto y septiembre. Actualmente están definiendo sede para la competencia.

Judo: -La Federación Internacional de Judo suspendió a Vladimir Putin como su presidente honorario y embajador.

Otros deportes como bádminton, béisbol, hockey sobre hielo, ciclismo y más, ejercieron sanciones similares a atletas y federaciones rusas y bielorrusas, afectando la inversión realizada para múltiples eventos que se iban a celebrar este año en el país euroasiático.

Una historia de sanciones deportivas

Las contundentes sanciones por lo que sucede entre Rusia y Ucrania no son las primeras que se dan a nivel internacional por situaciones geopolíticas. En décadas anteriores, el deporte también intentó frenar la violación de los derechos humanos en otros puntos del globo terráqueo por esta vía, aunque su valor terminó siendo más simbólico que mediador.

Sudáfrica en la penumbra

En 1948, se formalizó oficialmente el Apartheid en Sudáfrica, consistente en la segregación racial en el país, buscando privilegios para la raza blanca que se veían reflejados en la cotidianidad. Este sistema se abolió en 1992, pero mientras estuvo en vigor fue reprochado por múltiples organismos internacionales, incluyendo los deportivos.

El boicot derivó en un sinfín de acciones, siendo las del Comité Olímpico Internacional las más severas, retirando la invitación a Sudáfrica de participar en los Juegos Olímpicos en múltiples oportunidades. La FIFA, la IAAF, la FIDE y otras organizaciones internacionales también suspendieron a las federaciones sudafricanas de sus competiciones hasta 1991.

Yugoslavia sin Eurocopa

Las guerras yugoslavas, fechadas entre 1991 y 2002, dejaron más de 140 mil muertos y sumieron a la población de la antigua Yugoslavia en la pobreza extrema por cuenta del conflicto más sangriento efectuado en Europa hasta ese momento desde la Segunda Guerra Mundial.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas acordó un bloqueo en 1992 contra la extinta nación. Entre las decisiones tomadas, Yugoslavia fue excluida de múltiples eventos deportivos internacionales, incluyendo la Eurocopa de aquel año, donde tuvo que ser reemplazada por Dinamarca.

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Sin embargo, los deportistas yugoslavos podían participar de los torneos a título individual sin utilizar la bandera de su país. Ese fue el caso de Mónica Seles, quien ese año conquistó Roland Garros, tras derrotar a la alemana Steffi Graf.

Sanciones olímpicas

Inaugurados en 1896, los Juegos Olímpicos han sido testigos de varios conflictos, pero solo se vieron realmente afectados por las Guerras Mundiales. La edición de 1916 no se realizó por cuenta de la Primera Guerra Mundial y los de 1940 y 1944 también debieron cancelarse en el marco de la Segunda Guerra Mundial.

En 1920, los Juegos que inicialmente iban a disputarse en Londres se celebraron en Amberes, Bélgica. Fueron considerados como los “Juegos de la Paz” y no contaron con la presencia de Alemania, Bulgaria, Austria, Hungría, Turquía ni la Unión Soviética. Los belgas lanzaron esta represalia debido a que dichos países protagonizaron su invasión durante la guerra, dejando al país en una honda crisis económica.

En 1939 llegó la Segunda Guerra Mundial y con ella entre 50 y 70 millones de muertes. Este conflicto -el más mortífero de la historia-, obligó a que una edición de los Juegos Olímpicos fuera cancelada y una más suspendida. No fue hasta 1948 cuando la gran cita del deporte mundial fue retomada, teniendo a Londres como sede.

Estos recibieron el emblema de los “Juegos de la Austeridad”: no se construyeron instalaciones nuevas ni hubo villa olímpica. Alemania y Japón, las potencias del Eje, fueron castigados por el Comité Olímpico Internacional y no pudieron participar. La FIFA se sumó e impidió que los alemanes compitieran en Brasil 1950, torneo donde se dio el ‘Maracanazo’.