El día que el himno brasilero no sonó en la clausura de unos Juegos Olímpicos
Juegos Olímpicos: la excusa para hablar de América
Por Sara Hernández Castaño – @sarastefania
Agencia Informativa Acord Antioquia
La mitología griega cuenta que, Filípides era un mensajero que corría de una polis a otra para informar lo que pasaba. Su corrida más importante fueron los 40 kilómetros que recorrió entre Maratón y Atenas para anunciar el triunfo de su ejército frente a los persas, en la Primera Guerra Médica.
Muchos años después, emulando al guerrero de la Antigua Grecia, el brasilero Vanderlei de Lima, recorría los últimos kilómetros de la emblemática prueba. Estaba solitario en las calles atenienses en el 2004, llevaba casi 45 segundos de ventaja a sus rivales, todo indicaba que el himno de Brasil sonaría por primera en vez en la clausura de unos Juegos Olímpicos. Sin embargo, pasó lo impensado y el radical religioso Cornelius Horan, ingresó a la carretera y abrazó a de Lima, hasta sacarlo de carrera.
Con la ayuda del público y algunos voluntarios, el nacido en el Estado de Paraná pudo soltarse de su agresor y continuó con la carrera. Al final, Vanderlei llegó en tercer lugar, detrás del italiano Stefano Baldini, primero en llegar, seguido de Mebrahtom Keflezighi de Estados Unidos, quien completó el pódium de la maratón.
Pese a esto, los del gran Amazonas, son uno de los países latinoamericanos más exitosos en los Juegos de Verano. Para Tokio 2020, los auriverdes contarán con 311 atletas.
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