El caso de Santiago Echeverría: la pelota dejó de rodar a la espera de un fallo
A los cinco años comenzó a jugar fútbol por diversión, a los 10 lo tomó como su responsabilidad, a los 16 dio sus primeros pasos en el profesionalismo y ahora, a sus 28 años de edad, vive un calvario que lo ha tenido alejado de las canchas durante 14 meses por cuenta de un caso de dopaje del cual es protagonista.
Así se resume la carrera deportiva de Santiago Echeverría, el defensor argentino que jugó para el Deportivo Independiente Medellín en el segundo semestre del 2017, el último hasta ahora en su vida profesional. Y es que el 21 de diciembre de aquel año, recibió la notificación de doping por parte de Coldeportes, la entidad que regula el deporte en el país y hace las veces de agencia nacional antidopaje:
“Yo tenía siete días hábiles a partir de ese momento para enviar una carta legal declarándome culpable o inocente. En el último caso, debía pedir la contramuestra a través de un abogado, ahí contacté a César Giraldo”, cuenta el argentino.
Ya en enero, el Deportivo Independiente Medellín, club dueño de su contrato, fue notificado con la sanción provisional. Desde ahí, el jugador quedó desligado del equipo –aunque recibió el salario de los seis meses que le quedaban de vinculación-, el caso entró en Dimayor como primera instancia y posteriormente fue sancionado por Boldenona con cuatro años alejado de cualquier actividad relacionada con el fútbol.
La Boldenona es un esteroide anabólico que aumenta el rendimiento deportivo y se utiliza con frecuencia en Colombia bajo prescripción médica veterinaria para el ganado vacuno. Esta sustancia tomó fama en el país cuando el Comité Olímpico Colombiano (COC) emitió un comunicado en noviembre del 2018 para advertir a los deportistas sobre el hallazgo del anabólico en una de cada cuatro muestras de residuos del ganado vacuno.
“Es obligación del COC alertar y prevenir a los atletas ya sean profesionales o aficionados, tener el más diligente cuidado con los alimentos que consumen en territorio colombiano, en especial con la carne de vaca”, expresó el comité, que además fue enfático en la sanción que puede acarrear para un deportista si se le encuentra esta u otra sustancia prohibida en el cuerpo, la cual es de cuatro años.
Actualmente, Echeverría vive en Loma de Zamora, Buenos Aires, donde mantenía un entrenamiento constante hasta esta semana, cuando causó revuelo con un tuit en el que expresaba su necesidad de encontrar un empleo más allá del fútbol: “Hasta hace tres semanas me entrené a diario, con bajones y depresiones. Creo en mi inocencia, pero ya la situación es insostenible, tengo que buscar trabajo porque no puedo ligarme a ningún club de fútbol ni federaciones, tengo que ver cómo salir, no puedo quedarme más en mi casa, debo afrontar esta situación”.
“Hoy vivo un duelo como si se hubiera ido un ser querido”, Santiago Echeverría.
La situación de Echeverría, en el limbo
Respecto a este caso, nos comunicamos con Carlos González, director ejecutivo de Acolfutpro, la asociación encargada de garantizar los derechos constitucionales de los futbolistas: “Aquí se está actuando bajo el código de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). Cuando se presenta esa situación, la Dimayor notifica al jugador y al club el hallazgo de un positivo. El jugador recurre a un abogado especializado y él adelanta su defensa. ¿Quiénes juzgan la situación de dopaje? La Comisión Disciplinaria de la Dimayor en primera instancia y la Comisión Disciplinaria de la Federación Colombiana de Fútbol en segunda instancia, que es donde actualmente se encuentra el caso de Santiago”.
Si bien el comunicado del COC puede apoyar el caso del argentino, se convierte en una más de las pruebas que pueden utilizarse y que ralentizan el fallo por parte de la federación, la cual todavía no se manifiesta: “El abogado utiliza estos temas como pruebas y complementos a la decisión en segunda instancia, porque se presentaron con posterioridad a los hechos que ocasionaron la decisión de primera instancia. Los términos para tomar decisiones en estas comisiones no existen o se incumplen porque demandan un estudio”, explicó González.
Cuando contactamos a la Federación Colombiana de Fútbol, nos informaron a través de su jefe de prensa que el proceso disciplinario tiene total reserva y confidencialidad, en vista de aún está pendiente el fallo que decida el futuro de Echeverría.
Finalmente, el director ejecutivo se refirió al papel que juega Acolfutpro en este tipo de circunstancias: “La agremiación no puede influir en estas decisiones, sin embargo preguntamos constantemente sobre los casos con el fin de que se den respuestas. Muchas veces nos comparan con el gremio en Argentina, pero esa es una carrera de muchos años de diferencia, ellos tienen más años de constitución. Nosotros, dentro de nuestras capacidades, hemos permitido que los jugadores tengan las garantías que antes no existían, salarios y seguridad social”.
“Esperamos que se tome una decisión que no trunque la vida deportiva de Santiago”, Carlos González, director ejecutivo de Acolfutpro.
Distanciado totalmente del DIM
“Hace meses que no tengo comunicación con el equipo. Al principio ellos me notificaron todo mediante cartas, nunca tuvimos comunicación directa, ni me llamaron a ver si necesitaba apoyo en algo, todo fue meramente administrativo”, sostuvo Echeverría.
Si bien con la institución se cortó la relación, todavía mantiene una amistad cercana con Rodrigo Erramuspe, su compañero de zaga en aquel entonces y con quien también compartió equipo en Huracán. Además de su compatriota, ha contado con el apoyo de otros jugadores del DIM, como es el caso de Valentín Viola y David González:
“Rodri (Rodrigo Erramuspe) es un hermano, un amigo de toda la vida y parte de mi familia, su apoyo es constante. Hablo con Viola (Valentín) y David (González), ellos estuvieron cerca. Mao (Molina) siempre estuvo cuando lo necesité”.
Para quienes sí llueven los agradecimientos de su parte son los hinchas del elenco paisa, de quienes tendrá siempre los mejores recuerdos: “Por más que vuelva o no al fútbol, siempre voy a estar agradecido. Ellos valoran a la persona y están en el lugar de un laburante como ellos, que se gana el pan para la familia. Son gente del barrio como yo, les sienta bien el apodo de el equipo del pueblo”.
El director ejecutivo de Acolfutpro aclaró que, aunque no hay una manifestación expresa del DIM sobre el tema, el club le realizó el pago a Santiago durante los seis meses que le quedaban de contrato, pese a que no podía ni siquiera entrenarse. De igual forma, César Giraldo, el abogado del jugador, sostuvo que el Medellín respetó el contrato laboral y ya no tiene injerencia en el tema.
El deporte es un antes sin un después
“El fútbol es todo, yo dediqué mi vida y cada minuto de ella a esto, todo fue basado en patear una pelota, todas las situaciones buenas y malas que he vivido han sido por este deporte. Yo siempre tomé esto como lo más importante que hay y siempre lo va a ser, porque a pesar de todo la pelota no tiene la culpa”.
En esa situación de nostalgia se encuentra Santiago Echeverría por lo que le ha dejado el balompié: el paso por cinco equipos de fútbol en Argentina, uno en México y otro en Colombia; dos títulos como profesional (ambos con el Huracán) y ahora la esperanza de que se decida un caso que lo tiene en vilo desde hace ya 14 meses. Ahora falta el fallo de la Comisión Disciplinaria de la Federación Colombiana de Fútbol, que en palabras del abogado del defensa podría salir “en las próximas dos semanas”.
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