Diego Mirko no fue inca…paz
Por: Roosevelt Castro Bohórquez
Agencia Informativa Acord Antioquia
Sin grandes retos técnicos, salvo una probable falta para una pena máxima no sancionada, y con medidas disciplinarias ajustadas a un partido a veces fuerte y recio, culminó su trabajo arbitral el peruano Diego Mirko Haro Sueldo, en el partido Deportivo Independiente Medellín (2) vs Nacional de Montevideo (1), por la fecha 4 de la fase de grupos de la Copa Libertadores de América 2023.
Sin inconvenientes
Dando cumplimiento a la regla 8 (inicio y reinicio del partido), el árbitro dio el silbatazo inicial al choque futbolero jugado en el estadio Atanasio Girardot, de Medellín, ante 15.644 aficionados.
La fuerte lluvia que cayó sobre el máximo escenario del fútbol antioqueño, previa al partido, presagiaba un espectáculo con unos retos arbitrales grandes, pues el terreno de juego resbaloso permitiría un juego brusco y fuerte.
Igualmente, y ante el ADN del rival del local de ser un equipo rocoso y que acude a la falta, se tenía el presentimiento de un partido con varios expulsados.
Pero, y para fortuna del fútbol, no se cumplieron los augurios, que también fueron disipados por el árbitro peruano, que no se mostró incapaz, ante la dirección de su encuentro número 31 en la copa continental.
Pese a algunos reclamos sin muchos fundamentos y más bien producto del estado de la cancha, el juez central y su equipo arbitral cumplieron a cabalidad con la interpretación de las reglas.
Es que, de entrada y en el sector nororiental del estadio, el juez central sancionó con firmeza y decisión la primera falta grave. El defensor local Daniel Londoño derribó al delantero Ramírez, y el juez peruano, nacido el 18 de diciembre de 1982, sonó fuerte su silbato, como una señal inequívoca de gran autoridad (2’).
Tampoco le tembló la mano para tomar la primera medida disciplinaria. El local Jhonathan Marulanda derribó, con un quite deslizante, a Franco Fagúndez en el sector noroccidental del Atanasio. Aparentemente fue a la rodilla del Charrúa. El defensor escarlata recibió tarjeta amarilla, pero, y ante la gravedad de la falta, pudo terminar en una tarjeta roja por la manera temeraria en que actuó (6’).
Otras medidas disciplinarias fueron para el local Daniel Torres por falta a Trezza (37’) y para los visitantes: Camilo Cándido (23′), Diego Zabala (79′) y Gastón Pereiro (89′), completando 167 amarillas y 29 rojas ( 11 doble amarillas y 18 directas), desde su debut en Copa Libertadores dirigiendo el partido entre Peñarol (1: Baltazar Silva 9’) vs Deportivo Anzoátegui (1: Edwin Aguilar 65’), jugado el 11 de abril de 2014, en el estadio Centenario de Montevideo, Uruguay, y en el que mostró 3 tarjetas amarillas (2 al local y 1 a la visita).
Probable penalti
Transcurría el minuto 63, cuando el delantero rojo Ibargüen incursionó al área de penalti, por el sector noroccidental del estadio. Franco Fagúndez trató de interceptar el balón que se fue largo. El uruguayo hizo un giro de 180 grados sobre su cuerpo para recuperarlo. Al tratar de hacerlo cometió una imprudencia a Pons, castigable con un Tiro Libre Directo, pero como fue en el área se convertiría en una pena máxima.
Dice la norma que: «Imprudente» es aquella acción en la cual un jugador muestra falta de atención o de consideración o actúa sin precaución al disputar un balón a un adversario.
Fagúndez actuó de manera imprudente al dar o intentar dar un puntapié a Pons, falta sancionable con TLD. El peruano no interpretó la imprudencia del uruguayo y dejó seguir la jugada.
Así, el juez central peruano no se mostró incapaz sino muy experto, muy ducho y con amplio conocimiento del reglamento, en su sexta visita al país, su tercera al ‘Coloso de la 74’ y su primera para dirigir arbitralmente al DIM en Copa Libertadores.
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