Cuando la guerra y la pandemia le ganaron al deporte
Por Sara Stefanía Hernández
Hasta ahora, solo la guerra había podido vencer a los espectáculos más importantes del deporte. Sin embargo, la historia se escribe y en el presente, el Covid-19 ha puesto en jaque las competencias deportivas más relevantes del mundo: la Copa América, la Eurocopa, los Juegos Olímpicos, la NBA, las ligas de fútbol, el Torneo Seis Naciones de Rugby y hasta la actividad en parques y gimnasios de las ciudades, a causa de la pandemia.
Ante esto, las autoridades ya tomaron medidas al aplazar los eventos continentales, como la Comebol y la UEFA, decretando que las citas de fútbol de selecciones suramericanas y europeas se jugarán en las mismas sedes en el 2021. Por su parte, el Comité Olímpico tardó más de lo esperado para la decisión, y en voz del Presidente del Comité Organizador, Yoshiro Mori, afirmó que las justas darán inicio en el verano del próximo año.
Pese a esto, no será la primera vez que las Olimpiadas son postergadas o canceladas, debido a que la guerra ya las había aplazado en tres ocasiones. La primera vez fue en 1916, año en que la sede de los Juegos era Berlín. Al desatarse en 1914 la Primera Guerra Mundial, la cita fue cancelada y reanudada fuera de Alemania en 1920, cuando Amberes se encargó de realizarla.
En las justas del 40, Japón era el encargado de albergarlas pero debido a su invasión a China, los nipones renunciaron al derecho y el COI designó a Helsinki como anfitrión. Sin embargo, no pudo ser, pues Alemania invadió a Polonia y se desató la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente, Londres era la elegida en el 44, pero ni la economía, ni la condición social de Europa era óptima tras la violencia y nuevamente se canceló; así que el olimpo del deporte duró 12 años sin ver a sus dioses.
El fútbol también ha sufrido las consecuencias
El fútbol por su parte, también sufrió las inclemencias bélicas de la historia. Alemania, después de los Olímpicos del 36, pidió a la FIFA ser sede del Mundial en 1942, solicitud a la que se le unió Argentina. Con la guerra desatada, la decisión se tomaría en una reunión en Luxemburgo; a causa de un bombardeo del ejército nazi al oeste europeo, ni el encuentro, ni el mundial se llevaron a cabo.
La versión del 46 tampoco pudo desarrollarse a pesar que la disputa ya había finalizado, pues había escasez de futbolistas al ser estos quienes tomaron las armas y lucharon por las ideologías de una nación. Cuatro años después, el mundo vivió la historia más grande que la cinco haya contado, pues en Brasil, en el mítico Maracaná, Uruguay ganó la final y el relato se volcó después de mucho tiempo en la pelota.
Hoy, ante un escenario sombrío y de incertidumbre, los emporios del deporte, que se creían imbatibles e indiferentes de lo político, económico y social, se ven derrotados por el clamor a la vida.
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